Por Carlos Lozano
Para ayudar a las empresas, hay que ayudar a que se abran fácil y formalmente, y sobre todo, poner las reglas del juego para que operen, vendan e inviertan. Crear un formato único (electrónico o presencial) de apertura de empresas y fomentar las industrias estratégicas son pasos fáciles y seguros para comenzar.
Mucho se dice sobre la dificultad o facilidad de abrir una empresa, pero ese no es un factor relevante para el crecimiento de la economía. El gobierno como actor que obstruye es el enemigo a vencer.
El número de trámites para abrir empresas varía de estado a estado y de ciudad a ciudad, pero una cosa es cierta, cuando hay condiciones de mercado, nada va a detener que las empresas abran y operen. ¿Qué podemos hacer? Para empezar, hay dos cosas fáciles que podemos hacer: 1. Implementar un proceso único de trámites de apertura y operación; y 2. Crear las condiciones de mercado para que las empresas vendan e inviertan.
1. El paso único de apertura y operación.
Concretamente, crear un formato único y una ventanilla única, de tal forma que el paso único dé seguridad jurídica y operativa a la empresa, cerrando todas las ventanas de corrupción o extorsión.
2. Condiciones de mercado para venta e inversión.
Hay que asegurarse que las empresas vendan, ofreciéndoles todo el apoyo de mercadotecnia, logística y servicios públicos que requieran, a fin de reducir sus costos de transacción y premiar sus operaciones e inversiones locales. Podemos, por ejemplo, asegurarnos que cuenten con acceso a recursos humanos que necesitan con programas de aprendices (apprenticeships) con apoyo local, crear un grupo de arbitraje mercantil, proteger sus derechos de propiedad, y ofrecer apoyo técnico, como incubación, exportación, ventas, contabilidad, liderazgo, mercadotecnia, y jurídico, todo para ayudarlos en su inserción en cadenas de valor locales y globales. También podemos apoyar su operación ofreciendo servicios públicos de calidad, como seguridad (física y de su mercancía, en caso de tenerla), comunicaciones (redes de internet de alta velocidad, vialidades en buen estado, transporte público eficiente), agua y drenaje (agua que se pueda beber de la llave, drenaje sin inundaciones, etc), residuos sólidos (recolección y reciclaje), entre otros.
Incluso, hay que asegurar la estabilidad económica y política: la primera ya es proveída por el gobierno federal, la segunda toca a los gobiernos locales, ofreciendo redes de seguridad social a la población en lo que ellos son nuevamente capaces de ayudarse a sí mismos y asegurando la participación política plural que minimice la necesidad del uso de la violencia para hacerse escuchar y acceder a los bienes públicos.
Mucha de esta infraestructura ya existe en todos los estados y municipios, pero la inversión pública, financiera o política, estratégicamente focalizada generará una explosión en el crecimiento e inversión.
